sábado, 14 de febrero de 2009

¿Qué hacer frente a la crisis? II

Organizarnos.

La respuesta es simple, lo que no es simple es hacerlo, y no depende de las buenas voluntades y los espíritus caritativos. No, depende de las personas y sus intereses, de las formalidades de organizarse, los rótulos y membretes que tanto le gustan a la gente y esas cosas. Para organizarnos es importante ver como organizarnos, el tipo de organización y los objetivos de la misma. Hoy vamos a hablar de esto último, ¿qué tipo de organización necesitamos?


Para empezar debe ser una organización representativa de todos los hispanos hablantes en Japón, debe intentar resumir los deseos, la vida y las motivaciones de todos si queremos tener un mínimo de éxito.

Desde que empezó el proceso migratorio de los latinoamericanos al Japón, han habido muchos intentos de organizarnos, pero han sido solamente buenas intenciones y han sido sepultadas por la terca realidad o han quedado nombres bonitos que no representan nada y en algunos casos sólo a figurones.

Hubo organizaciones desde las sanas intenciones de tratar de adaptarnos al Japón esquivo, con fiestas a los días de la madre hasta intentos oficiales para organizarnos y que nos portemos bien. Todos tienen en común el fracaso. Las razones habría que buscarlas en nosotros, en nuestras incertidumbres y diferencias. Desconfianzas andinas y costeñas nos han separado en todas las ocasiones en que debíamos habernos organizado.

La congregación de fieles en las parroquias católicas son las únicas organizaciones más o menos estables que ha soportado los embates del escepticismo, para bien o para mal. Reclamando una vertiente cultural que nos une como la lengua. Pero traen la cola de las costumbres latino-americanas-caribeñas-criollas-sandungueras, vestidas de caudillismos y de sectarismos criollos difíciles de pasar una evaluación sincera. Son las únicas eso si, y hay personas honestas y maravillosas en su seno; pero por su composición y origen quizás no puedan servir mucho en los escenarios nuevos de la problemática social anti crisis. Además por cuestiones geográficas no están unidas.

Pero es lo único que tenemos y no tenemos mucho tiempo que perder, pues las crisis globales no esperan, porque ya los restos del ciclón de la crisis financiera se están esparciendo por todas partes, como desempleos, familias sin techo, abandono escolar, empobrecimiento, etc. Este no es un temblor, es un terremoto.

Lo cierto es que no hay una organización más o menos creíble que nos organice y nos represente ante la sociedad oficial. Y la necesitamos.

Una organización que centralice a todas las organizaciones, de las iglesias, deportivas, sociales, y de diverso tipo.

Una organización en donde todos puedan manifestar sus intereses y sientan que los represente. Sin distingos de nacionalidad, credo, o ideas.

Una organización de la sociedad civil, de carácter organizativo flexible, que se adapte a los tiempos modernos y a las necesidades ciudadanas de la población migrante. No es necesariamente un club social, ni asociación cultural, ni deportiva. Sino todo eso y mucho más.

Una organización de latinoamericanos en Japón, debe reflejar nuestro rostro migrante y su principal objetivo es el de organizar a la población migrante para defender el trabajo, la vida y la salud de las familias latinoamericanas en Japón.

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