Ante el fantasma de la crisis.
A fines del año pasado, la caída del sistema financiero norteamericano y de su economía posteriormente, afectó rápidamente a todo el sistema económico mundial. Los migrantes latinoamericanos en Japón, muy rápido nos enteramos de la noticia, antes que la leyéramos o nos la contaran. La caída de la producción casi de un día para otro, el corte drástico de las horas extras, los despidos y los cierres de las pequeñas fábricas, los supimos cuando apenas estábamos caminando hacia la fábrica o el “gemba”. Muchos nos enteramos así del significado de la palabra “globalización” y los costos de vivir en un país industrializado.
Vivir la piel de migrante significa para muchos de nosotros, huir de la ausencia de trabajo, y con ello de las carencias de bienestar, de salud, de educación, de diversión. En fin vivir en un país desarrollado es obtener el pasaporte a la ciudadanía, de la modernidad y de obtener un proyecto personal para nosotros y nuestras familias. Pero hasta ahora en medio de tantas experiencias nadie nos había informado de las crisis y el rostro feo del despido y la carencia de trabajo. Pese a todos los bajones y las crisis pasadas, al menos para nosotros había trabajo, o se podía encontrar con menos salario o en condiciones más precarias, y luego nos resarcíamos cuando subía la oferta de trabajo y aceptábamos gustosos las interminables jornadas y horarios imposibles para la vida social.
Bueno ahora ya estamos como en cualquier ciudad latinoamericana, lateando o con la premisa de patearlas el próximo mes. Y el viento de la incertidumbre nos respira en el cuello. Ante esto, la pregunta general es: ¿Qué hacer?, ¿cómo hacerla?, y es que encima de todo, este no es nuestro medio social, no es nuestro idioma y no tenemos ni idea de antecedentes históricos similares. Sí alguien tiene una respuesta personal a la pregunta, felicitaciones. Pero, ¿para los demás? Vemos muy pocos caminos y se cierran las oportunidades de sacarle el cuerpo a la crisis. Pensamos que las respuestas no son fáciles, y que antes que buscar afuera, hay que buscar en cada uno de nosotros, y luego unir esa posibilidad y esa esperanza con los otros que tienen iguales perspectivas de “lateros”, creemos con sinceridad que buscar soluciones en grupo, de asociarnos, de reunirnos, de intercomunicarnos es el primer paso para empezar a buscar una repuesta al ¿Qué hacer? Y no necesitamos de ayudas para dar esos pasos, depende de nosotros.
Nota.-
El día de hoy en Perú el Ministro de Relaciones Exteriores, canciller José Antonio García Belaunde, ha declarado que: “descarta que se produzca el retorno masivo de los inmigrantes peruanos en el exterior”, según él porque, “existe poco interés de nuestros compatriotas por regresar al país, pese a la crisis económica internacional”. Esta noticia que recogemos de las paginas web de los periódicos peruanos, nos permite una sonrisa, ¿no estarán teniendo temor de que regresemos?, o ¿qué tan informado está el Canciller sobre la crisis, que nosotros no sabemos?, desde su sillón burocrático el Canciller, que sabe de ausencias, de despidos y de crisis.
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