El refugio de fin de año de los trabajadores de envío:

“Toshikoshi Haken mura”

La última semana del año 2008 fue muy agitada para los activistas de defensa de los derechos laborales japoneses. El dilema era como acoger a los cientos de despedidos por la crisis económica en curso y que según todas las esperanzas no iban a poder ubicarse en ningún trabajo. En Japón no se celebran las navidades, no es feriado, en cambio si se celebra la llegada del año nuevo, “oshogatsu” en japonés. Es día feriado y casi todos descansan en los primeros días del año, incluida la burocracia estatal.

Los trabajadores japoneses usualmente viven en edificios dormitorios pertenecientes a la empresa donde laboran. Ante los despidos masivos y la baja sensible de ofertas de trabajo, muchos trabajadores se encontrarían en la difícil situación de no tener donde pernoctar. Con las oficinas de atención municipal y los centros de ubicación laboral cerrados por los feriados de fin de año, la situación era de real emergencia.-

¿Quiénes son los trabajadores de envío?, en japonés se llama “Haken” a los trabajadores contratados, enviados por una empresa de contrato o “service” a otra de producción. Los primeros despedidos por la crisis global en Japón fueron los “trabajadores de envío”, quienes no tenían formalmente ninguna relación con la empresa para la que trabajaban. El incremento de estos trabajadores se debe a las reformas laborales implementadas por el gobierno del anterior primer ministro japonés, Junichiro Koizumi. Actualmente casi es una moda en la economía fabril japonesa las empresas “Haken Gaisha”.

Como ya se encontraban trabajando en la aguda problemática de los despidos masivos por la agudeza de la crisis económica en curso una coalición de sindicatos y grupos de apoyo, establecieron una rápida coordinación y decidieron establecer un campamento provisional de acogida para los despedidos en el parque “Hibiya” en Chiyoda Ku, el centro de Tokyo. El grupo organizador esta conformado por cerca de 20 organizaciones, entre ellas la Confederación de Sindicatos de Japón (Rengo), la Confederación Nacional de Sindicatos (Zenroren) y la Red de Lucha contra la Pobreza, entre otros.

El día 31 de diciembre, hicieron un llamado por los medios de prensa a los despedidos por envío que no tuvieran un lugar donde dormir a ir al parque “Hibiya”. Al medio día empezaron a acoger a los despedidos laborales sin casa. Antes de que anochezca ya había 108 trabajadores inscritos. En las carpas acondicionadas para acogerlos, establecieron puntos de atención laboral, medico, etc. Y pidieron asimismo la colaboración de voluntarios para la tarea que se proponían. Ese mismo día 300 voluntarios se habían apersonado al llamado de apoyo.

En el curso de los días los trabajadores han ido llegando hasta acumular la cantidad de 500, habiendo rebasado la capacidad que se propuso el campamento que era para 250. Ante esto y por iniciativa de las autoridades gubernamentales, cedieron el auditorio del Ministerio de trabajo, próximo al parque para acoger a parte de los trabajadores hasta el día lunes 5.

La sociedad japonesa tiene experiencia de lidiar con desastres de todo tipo y tiene siglos de tejer una sociedad preparada para organizarse y superar los problemas. En este caso la rapidez y dureza de la crisis económica global esta golpeando con inusitada fuerza y celeridad la economía japonesa. Miles de trabajadores en todo el país se han visto casi de la noche a la mañana, despedidos y obligados no solo a buscar otro trabajo sino un lugar donde dormir. Ante situaciones inesperadas se requiere también de soluciones inesperadas y oportunas, a las que normalmente no estaban obligados a recurrir.

En el campamento además de una tienda donde dormir, se les proporciona a los trabajadores despedidos, comida, ropa apropiada para el invierno y enseres para dormir. En los programas de televisión que entrevistaron a algunos manifestaron que hacia mucho que no comían una comida decente, es usual para ellos comer la comida de las tiendas. Sopas de fideos, y toda la comida de plástico que vende la industria alimentaría. Los refugiados del parque “Hibiya”, son una muestra de la rapidez con que avanza la crisis, son el rostro desconocido de la pobreza en el Japón, que se acrecienta con el sonido del tambor lúgubre de los noticieros y la caída estrepitosa de las exportaciones japonesas.

A este campamento que es una piedra de protesta frente al capitalismo despiadado, se han acercado los dirigentes de varios partidos de la oposición, visitaron el refugio de carácter temporal del parque de Hibiya, Naoto Kan, presidente de Minshuto (Partido Democrático de Japón), Mizuho Fukushima del Partido Social Demócrata japonés y Kazuo Shii, Presidente del Comité Ejecutivo del Partido Comunista Japonés, quien dijo que: “el gobierno debe hacer más para ayudar a los desempleados”. "Es imperdonable que en Japón las grandes empresas han lanzado a la calle a tantos trabajadores al final del año". Durante décadas, Japón prometió empleo vitalicio en las empresas y programas de bienestar para los trabajadores, eso ahora es una ilusión que desvaneció la ola neo liberal de reformas y que los vientos funestos de crisis actual acentúan. Hay que resaltar un aspecto de la cultura japonesa, la celebración del fin de año es un acontecimiento muy importante para los japoneses. Vendría a ser algo parecido a la celebración de la noche buena para los latinoamericanos. La celebración del año nuevo japonés se realiza con la familia, se cenan una comida especial. De allí el significado profundo que tiene para los japoneses la situación de los trabajadores de envío despedidos y sin sus familias cerca para recibir el año nuevo.

La coalición de sindicatos y grupos de apoyo que organizó el refugio “Toshikoshi Haken mura” había planeado cerrar sus operaciones el lunes 5 de enero, pero ante el incremento de personas en está situación llevó al grupo a instar al Ministerio de Trabajo, y al Gobierno Metropolitano de Tokio para encontrar alternativas de trabajo y de vivienda para los trabajadores de envío despedidos después de hoy.

"Hoy en día, se iniciará la reconstrucción de sus vidas en pleno camino", "Todo requiere de esfuerzos, tales como la búsqueda de los medios de subsistencia de un apartamento y trabajo. El Gobierno creará mesas de apoyo, pero vamos a vigilar su cumplimiento”, dijo Makoto Yuasa, el denominado por la prensa japonesa como el "alcalde del pueblo" y secretario general de la organización sin fines de lucro “Centro de Vida Independiente de Apoyo Moyai”, principal organización que inició los esfuerzos para organizar a los trabajadores al finalizar el día lunes 5 las actividades del refugio transitorio.

Las puertas de la agenda están abiertas.

No las tienen todas consigo los japoneses, el gobierno luce muy desgastado y falto de iniciativas como resultado de sus propios errores y la larga permanencia en el gobierno. La oposición en Japón no tiene tampoco mayores propuestas, acostumbrada a ser casi siempre oposición. El Partido Liberal Democrático, PLD, “Jimintó” en idioma japonés es el partido de mas larga trayectoria en el poder, casi ininterrumpida desde 1955. Los movimientos de trabajadores están surgiendo y las movilizaciones son el rostro masivo y novedoso de esta realidad marcada por la resistencia y la lucha ante el desamparo. La historia y el grito de los trabajadores refugiados en “Haken Mura” están cerrando la tumba del neoliberalismo. Las tensiones a las que se verán en este año de 2009, no son inalcanzables para los japoneses, las han tenido otras tan o más duras en el pasado, pero ahora les van a exigir mucho de su perseverancia.

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